El pasado 5 de junio murió Eugenio Montejo, poeta, escritor y ex diplomático
El verbo de Eugenio Montejo
Pocos son los hombres que pueden ser reconocidos como los grandes secretos ocultos de Latinoamérica y Eugenio Montejo, con un Premio Nacional de Literatura 1998 y Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2004, es en definitiva uno de ellos. Su palabra resuena en las entrañas de un país cuya cultura poética no le hace honor a este gran personaje
Justo a la hora de la entrevista, ni un minuto antes ni uno después, con paso calmado y sombrilla en mano entra Eugenio Montejo, hombre de setenta años que aún conserva un extraño brillo juvenil, tal vez conseguido por una vida de introspección y tranquilidad bajo el techo de la escritura. Su tono de voz es grueso y sereno, sus palabras están bañadas de la miel del conocimiento y sus gestos son absolutamente comedidos, nada sobra ni nada falta. Es poeta y no lo puede negar.
- ¿Dónde y cómo nace Eugenio Montejo, escritor y poeta?
- Primero, como poeta nace de la observación de otro arte, el de hacer el pan, y por ello nace de otro artista, de su padre. Nace de verlo transformar la nada en el sustento de su familia y de muchas otras.
Y como escritor, nace de la experimentación de un joven, que como todos, quería expresarse.
- Y, hoy en día ¿por qué sigue escribiendo?
- Escribo para escribir, no hay más razón que esa. Escribo para seguir encontrando razones para escribir. Suena como un trabalenguas, pero es así, no necesito más razones si no el acto mismo de la creación.
La vida y razón de sus palabras
- En poemas como Amantes y La tierra giró para acercarnos toca el tema del amor, un tema siempre difícil para tratar, incluso para los poetas. Para Eugenio Montejo ¿qué es el amor?
- Para mi el amor es y siempre ha de ser un misterio y lo poco que he podido descubrir y definir es que el amor es encuentro, se da cuando el universo se pone de acuerdo para que dos, o incluso más ¿quién sabe?, se encuentren.
- ¿Así resumiría el amor?
- Así lo resumo, aunque es absolutamente sacrílego resumir el amor.
Así reza el poema La tierra giró sobre nosotros, cuyas primeros tres versos fueron citados por el escritor y guionista mejicano Guillermo Arriaga en su película “21 gramos”, protagonizada por Sean Penn, quien es el que recita los versos.
“La tierra giró para acercarnos
giró sobre sí misma y en nosotros,
hasta juntarnos¡ por fin!
en este sueño
como fue escrito en el Simposio(…).
La tierra giró musicalmente
llevándonos a bordo;
no cesó de girar un solo instante,
como si tanto amor, tanto milagro
sólo fuera un adagio hace mucho ya escrito
entre las partituras del Simposio”
No es necesaria mayor explicación, el poeta lo define como sólo él puede hacerlo.
- ¿Y qué me dice del amor a sus hijos?
- También es otro encuentro, es un amor más puro, es el amor desde la entrega, desde la concepción y sobre todo desde la libertad. Tratar a los hijos como si fuesen la extensión de uno es un error, hay que amarlos tanto que se les puede dejar libres para que sean lo que quieren ser.
- Blas Coll en su cuaderno se dedica a hablar del lenguaje, su uso y su importancia. Para Eugenio Montejo, ¿qué es el lenguaje?
- El lenguaje es, definitivamente, un arte inmanejable, es mi herramienta de trabajo, una que quisiera dominar.
- Y ¿no la domina con su poesía?
- No, quisiera yo. Yo la uso, mas no creo que nadie sea capaz de dominarla. Es indomable, hermosamente rebelde, con vida propia. Es un pájaro destinado a la libertad.
“La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nadie pide
ni siquiera palabras.
Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.”
La Poesía. Eugenio Montejo.
Crea o no el poeta que haya alguna vez podido dominar el lenguaje, lo utilizó como pocos hombres tienen la capacidad de hacerlo, lo convirtió en música para los oídos ávidos de belleza e inteligencia.
La existencia de un ser
- ¿Qué es Eugenio Montejo?
- Escritor y poeta.
- ¿Y padre, esposo, diplomático?
- Eso sería quien es Eugenio Montejo. Soy todo eso, aparte de venezolano, claro está. Pero la respuesta a qué soy, como objeto, como hecho, es escritor de poesía, poeta.
- Según usted ¿qué es un poeta?
- Un observador, más que nada es eso, un genuino observador que quiere que otros puedan ver, a través de la lectura, esas imágenes que él ve.
- Entonces ¿qué es la poesía?
- Es imagen, imagen siempre antes de hacerse palabra, es visual y sensorial. Y es el poeta quien la vuelve palabra, que como sabemos es siempre efímera, en cambio, la imagen queda, perdura y sobrevive.
- Y de sus años como diplomático ¿qué aprendió de la diplomacia?
- La sutileza de la palabra, a decir exactamente lo que se quiere sin ser abrupto, con elegancia, con verdadera diplomacia, pues.
- En este mundo de modernidad ¿cuál es el futuro de la poesía?
- Se cree que en esta era moderna, de internet, de computadoras, de publicidad y medios masivos que bombardean al hombre de imágenes, la poesía ya no tiene cabida, mas yo creo que es lo contrario, como dije antes: la poesía es imagen, y las que hoy vemos, y nos hacen ver, se han de convertir en poemas, no será mañana, en un año, en diez o en veinte, pero la historia se repetirá y los jóvenes descubrirán el valor del sonido de la pluma contra el papel y los satisfactorio que es el resultado de ese encuentro.
- Al final de todo, cuando usted ya no esté ¿qué quisiera que se hiciese con sus escritos?
- Que mis hijos los guarden o los echen al mar, no lo se, que ellos decidan que parte de mi ha de quedar, ya yo no estaré para quejarme o reclamar. Lo que yo podía hacer con mis palabras ya lo hice, o para entonces ya lo habré hecho. El tema de la trascendencia no es algo que me quite el sueño, si algo de mi ha de quedar no estará en mí decidirlo, pero por ahora, que mis hijos los guarden.
- Blas Coll dice que quiere ser recordado como un “humilde pastor de palabras”. ¿Cómo quiere ser recordado Eugenio Montejo?
- Blas Coll tenía más expectativas que yo, creía tener un poder y un dominio de sí y de la palabra que yo no tengo.
Si he de ser recordado que sea porque amé a mi país y amé lo que hice, amé escribir, amé la poesía y dejé que ella me amase a mí. Más que nada, amé usar, e incluso abusar, de las palabras y las oportunidades que ofrecen al hombre.
- El día que muera ¿qué le gustaría que dijese su epitafio?
- Pues no lo se, es una pregunta muy compleja.
El epitafio es para los que quedan, no para el que se va, así que por mi, sólo debería decir: Eugenio Montejo, pues no hay nada más propio y terrenal que el nombre, nos hace sentir anclados a una existencia. Después de muerto espero ya no sentirme anclado a nada, así que tal vez no debería decir nada, pero como dije, eso es para los que quedan, no para el que deja de estar.
De verdad esa pregunta parece sencillamente poética, incluso romántica, pero creo que es complicadísima, la más difícil.
- Por último y para cerrar con algo que se aleje del tema de la muerte. Su verbo predilecto
- Poesía, conjugado en futuro.
Después de una serena hora de conversación con el poeta, es imposible no hallar una voz, no se podría definir si es de él o es de quien lo escucha, la del ciudadano común que se siente vulnerable ante este gran hombre, ante su poesía, su arte y su belleza.